
El jazz es un género musical nacido a finales del siglo XIX en Estados Unidos que se expandió de forma global a lo largo de todo el siglo XX.
La historia del jazz se caracteriza por dos rasgos fundamentales:
En primer lugar, tanto por su constante asimilación de otras tendencias musicales estilística o culturalmente ajenas a él, como por su capacidad de mezclarse con otros géneros y crear nuevos estilos musicales, como el rock and roll, que terminarían por evolucionar de forma independiente al jazz.
En segundo lugar, por la sucesión de forma ininterrumpida de un numeroso conjunto de subestilos que, vistos en perspectiva, manifiestan entre algunos de ellos enormes diferencias musicales.
Geográficamente, el jazz surge en el estado de Luisiana, concretamente en la zona de influencia de Nueva Orleans (cuna del estilo musical y principal centro jazzístico durante la primera época del jazz), a donde llegaban grandes remesas de esclavos de color, fundamentalmente de la zona occidental de África, al sur del Sáhara, la zona denominada Costa de Marfil, "Costa del Oro" o "Costa de los esclavos".
Los primeros grupos musicales que tocaron música jazz se caracterizaban por poseer una sección rítmica cuya función no era melódica y que evolucionaría hasta componerse de piano, contrabajo y batería. En este sentido, la importancia del piano para el nuevo estilo fue fundamental:
Mientras que el pianista de ragtime operaba como una entidad autosuficiente que ejecutaba de modo simultáneo los elementos melódicos, armónicos y rítmicos de la pieza, el pianista inscrito en un grupo de jazz se especializaba en dos de estas tres funciones: el patrón armónico y el ritmo propulsivo.
Los primeros grupos musicales que tocaron música jazz se caracterizaban por poseer una sección rítmica cuya función no era melódica y que evolucionaría hasta componerse de piano, contrabajo y batería. En este sentido, la importancia del piano para el nuevo estilo fue fundamental:
Mientras que el pianista de ragtime operaba como una entidad autosuficiente que ejecutaba de modo simultáneo los elementos melódicos, armónicos y rítmicos de la pieza, el pianista inscrito en un grupo de jazz se especializaba en dos de estas tres funciones: el patrón armónico y el ritmo propulsivo.
Por otro lado, el percusionista añadió vivacidad y síncopa a estos primeros combos jazzísticos. El instrumento melódico fundamental era la trompeta o corneta, que servía para delinear melodías sincopadas muy al estilo ragtime.
En cuanto a los músicos individuales, los pioneros del jazz fueron King Oliver, Freddie Keppard, Louis Armstrong, Jelly Roll Morton, Sidney Bechet y Buddy Bolden.
La escena musical estadounidense a comienzos del siglo XX
Al inicio del siglo XX la sociedad estadounidense había comenzado a despojarse de la opresiva y rígida formalidad que había caracterizado a la era victoriana
Desde el siglo XIX, con las canciones de comedia y 'trovadores' (los "minstrel shows") o las melodías de Stephen Foster, la influencia de las tradiciones musicales afroamericanas aparecía como parte integrante de la música popular estadounidense y lo hizo así durante generaciones.
Los clubes, las salas de baile y los cafés (‘tea rooms’) comenzaron a aparecer en todas las ciudades. Curiosamente los bailes llamados negros, que se inspiraban en movimientos africanos –como el ‘shimmy’, el ‘turkey trot’, el ‘chicken scratch’, el ‘monkey glide’, y el ‘bunny hug’- fueron adoptados por un público blanco. El ‘cake walk’, desarrollado por esclavos como parodia de los bailes formales de sus amos, se convirtió en el último grito. El público blanco aprendía estos bailes viéndolos primero en programas de vodevil y observando luego a bailarines profesionales en los clubes.

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